BOBET’s Bakehouse: un legado con voz propia

Fotos por: Edrian Rodríguez (@edrianrod)

En esta sexta entrevista de nuestra serie dedicada a Río Piedras, nos sentamos a conversar con el fundador de BOBET’s Bakehouse: una panadería que se enfoca en masa madre- “la forma original de hacer pan”, como lo describe su fundador. Claro, la pastelería no puede faltar, incluso con algunos productos a base de plantas.

Alejandro Bobet habla con la claridad y seguridad de quien decidió tomar un legado y convertirlo en algo propio. “Yo soy tercera generación de panaderos”, nos dijo sin rodeos. Su abuelo comenzó en panadería desde los 14 años y su padre continuó ese camino en lo que fue Ponciana Bakery. Crecer y llegar a la adultez rodeado de comida no fue casualidad: “en mi familia, la comida siempre ha sido súper importante. Las reuniones, no importa en casa de quién, siempre terminaban siendo en la cocina”.

Ese ambiente marcó su curiosidad desde pequeño, pero la panadería no fue una meta inmediata. Incluso, no pensaba que era lo que terminaría haciendo.

Intentó estudiar Mercadeo en la UPR de Ponce, pero no conectó, afirmando que “no se encontraba”. Fue una prima —Camila, de Panismo— quien lo confrontó con lo evidente: “¿por qué tú no estudias cocina si eso es lo que a ti te gusta?”. Aunque consideró el Culinary Institute of America en Nueva York, no se veía mudándose de Puerto Rico y estudió Gerencia Culinaria en lo que era entonces la Universidad del Este.

DEL MANTECADO AL HORNO

Antes de llegar al baking, Alejandro pasó por Ben & Jerry’s. Comenzó como empleado regular, haciendo sándwiches y sirviendo mantecado en el Viejo San Juan. En poco tiempo se desarrolló hasta llegar a gerente de la tienda de Torrimar en Guaynabo, donde estuvo varios años. Poco más de cinco años que, según nos cuenta, le ayudaron a crear estructura y experiencia administrativa.

Luego de regresar a trabajar con su familia, apoyando con el control de calidad en la fábrica de productos, y de pasar por otros puestos administrativos en Calle Cerra, llegó la pregunta inevitable y la “crisis existencial” del “¿qué yo quiero hacer con mi vida?”, según nos cuenta.

Desde su casa empezó a hacer postres, particularmente postres a base de plantas, motivado por amistades y familiares veganos. “Veía el struggle de ellos de conseguir buenos postres”, explica. Su intención era hacer verdaderos guilty pleasures: “la idea es que se lo pudiesen disfrutar”.

APRENDER, EMPRENDER, Y EL APOYO ENTRE COMERCIANTES LOCALES

A pesar de tener muchos fuertes en la cocina, sentía tener lagunas en el baking. Es ahí dónde entra Double Cake (¿ya leíste esa entrevista?).

Para fortalecer sus lagunas en panadería, Alejandro aplicó a Double Cake. Sin esperarlo y, quizás, sin saberlo, esta decisión cambió su rumbo. “Decidí intentarlo. Cuando empecé a trabajar allí, honestamente me encantó. Desde el primer día dije: ‘ok, pues yo creo que esto es lo que yo quiero hacer’ ”, recuerda. Descubrió la ciencia y la disciplina del baking, reconociendo que era muy distinta a lo que llama cocina caliente. “Tú haces un producto, lo metes al horno y rezas”, dice, consciente de que allí no hay ajustes de último minuto.

Lo que iba a ser una experiencia de un año se extendió a cuatro. Trabajó principalmente con panes, fue supervisor y ayudó en la administración de la cocina. De igual manera, comenzó a darle pensamiento a la idea de tener su propio negocio: vendía postres a restaurantes, hacía pop-ups, y participaba de mercados. Fue en la pandemia, mientras el mundo se detenía, que Alejandro tuvo que reinventarse otra vez y nacieron las stay at home boxes: cajitas surtidas de pastries veganos para pick up semanal, hechas inicialmente desde su casa.

Todo se conecta. Como en la historia de Selena Pizzería, Double Cake jugó un rol importante en esta otra etapa de Alejandro, abriendo las puertas de su cocina para que pudiese hornear con mayor facilidad. “Yo vivo eternamente agradecido de ellos”, afirma, reconociendo que no es una decisión fácil apoyar a un empleado que eventualmente sabes se irá para abrir su propio negocio.

LA LLEGADA A RÍO PIEDRAS Y LOS RETOS DE EMPRENDER

Cuando a Double Cake le surge la oportunidad de mudarse a Río Piedras, algo hizo clic para Alejandro. “Me encantó Río Piedras. Me encantó el sentido de comunidad”, dice. “Empiezo a buscar locales y aparece este… No estaba horrible, pero había que meterle dinero. Ha sido un sacrificio, pero también ha sido gratificante y aquí estamos”, añadió. Tras múltiples retrasos que se extendieron por casi un año -electricidad, construcción, permisos- BOBET’s Bakehouse abrió oficialmente en julio de 2024.

Aunque valora la flexibilidad de tener su propio negocio, Alejandro no maquilla los retos: inestabilidad energética, inflación, acceso a recursos básicos, impuestos, importación, costos que no siempre corresponden… “Creo que parte de mi misión como emprendedor es ser bien transparente y bien honesto”, nos cuenta Alejandro, estando claro sobre la realidad de comenzar un negocio en la isla. “Se romantiza mucho esta idea del emprendimiento… El costo de tener un negocio en Puerto Rico es bien alto”, añade.

“Mi papá siempre decía que tenía que tener el cuero duro para emprender”.

Trasiego Magazine: ¿Qué dirías es lo más que has aprendido en este tiempo?

Alejandro: Mucha paciencia y, más que todo, buscar cómo resolver. Hay que estar en constante troubleshooting, porque al final el tiempo es lo más costoso. Tiempo que no estés buscando cómo resolver un problema, es tiempo que te está costando.

LA COMUNIDAD

Durante nuestra conversación, Alejandro recalcó entender dónde está y el cierto peso que esto tiene en su perspectiva del negocio. “Estoy en una comunidad que por mucho tiempo ha estado abandonada, una comunidad también de estudiantes… Yo quiero que tengan la oportunidad de venir y comerse algo rico, comerse un postrecito, tomarse un café, sentarse y poder disfrutar sin que se sientan ‘asaltados’ ”, nos comentó, sin dejar atrás la importancia de crear un balance entre tener una buena experiencia para las personas y poder hacer dinero para mantener su compañía.

“Creo que una de las cosas que me enamoró de Río Piedras fue lo vocal que es la comunidad”, expresó. “Ellos han sido muy vocales en cómo pasan las cosas que, hasta cierto punto, pueden controlar… Nosotros (Bobet y sus colegas de El Callejón) también estamos muy conscientes del impacto que podemos tener y siempre vemos cómo podemos ayudar, aportar, crear actividades para todos...”, añadió.

Alejandro afirma que las puertas de Bobet’s siempre están abiertas para la comunidad, y así lo ha comprobado en su acercamiento a los estudiantes- quienes visitan frecuentemente con preguntas, entrevistas o actividades.

“Sabemos que Río Piedras nunca estuvo muerto”, recalca. “La gente siempre ha estado aquí y ha resistido a tantos cambios… Más que negocios lindos, sabemos que queremos viviendas asequibles, espacios que los estudiantes puedan pagar y, claro, que abran más negocios de manera realista- incluyendo rentas accesibles”.

EL FUTURO DE BOBET’S

Lo que comenzó con un empleado y abriendo solo los sábados, hoy día se ha convertido en un equipo de 16 y una fila que casi nunca baja. Con todo y momentos virales por los temas de energía eléctrica, BOBET’s ha tenido gran acogida del público, dándole idea de expandir dentro de sus planes futuros. No obstante, Alejandro aún se encuentra enfocado en continuar desarrollando su espacio actual y en la gran responsabilidad de brindar trabajo a otros.

En un Río Piedras que está cambiando rápido, su apuesta es que ese cambio siga siendo plural, accesible y consciente. Y que BOBET’s -como él mismo- pueda adaptarse, escuchar y crecer con la comunidad que le abrió las puertas desde el día uno.

¡Solo queda una entrevista! Te invitamos a visitar nuestra serie de entrevistas para conocer la historia de nuevos comerciantes que decidieron apostar por Río Piedras.

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