Selena Pizzería: el riesgo de atreverse y el saber quedarse

Fotos por: Edrian Rodríguez (@edrianrod)

A veces, hay espacios que no se sienten como una inauguración, sino como algo que siempre debió estar ahí. Lugares que llegan sin promesas grandes, pero terminan casi reorganizando lo que les rodea. Selena Pizzería es uno de esos lugares. Antes de convertirse en punto de encuentro, en referencia obligada del Callejón y en la primera parada de muchas rutas improvisadas por el área, Selena fue una idea de Amanda Ramos sostenida por intuición, observación y una disposición poco común a aprender algo desde cero.

Esta es la historia de cómo se prende un horno, se aguanta la presión y, sin proponérselo del todo, se activa y cambia un lugar entero.

El camino profesional de Amanda Ramos comienza estudiando educación física adaptada, hasta cambiarse a turismo, donde terminó sus estudios y trabajó en una agencia de viajes mayorista manejando logística en Latinoamérica, especializándose en Perú y Colombia. Su plan era claro: viajar a Brasil por casi tres meses para aprender más sobre logística turística y regresar a Puerto Rico con ese conocimiento. O al menos eso pensaba…

Pero su día no terminaba al salir de la oficina y fue ese esfuerzo lo que le cambió el rumbo. Se adentró en el mundo de los restaurantes y todos los días, al salir de su labor regular, trabajaba como cajera.

“Como venía de logística, veía muchas áreas de oportunidad en esa empresa y empecé a dar sugerencias. Fui creciendo poco a poco, y me enamoré de la industria de restaurantes y alimentos”, nos cuenta Ramos.

De la mano de mentores en distintas áreas de operaciones y nuevos roles gerenciales que fue adquiriendo por su desempeño, se fue formando en la industria. El interés fue tanto que terminó haciendo un máster en estrategias de operaciones, enfocado en fast casual, y comenzó a poner en práctica lo aprendido con distintos negocios pequeños.

EL MOMENTO DECISIVO

Luego de cambiar de trabajo a una empresa más grande, llegó el punto inevitable. “De verdad, yo creo que me toca”, recuerda haber pensado Amanda en ese momento. En medio de un viaje, tomó la decisión de no asesorar a nadie más y finalmente generar la idea para su propio negocio.

Así nació Selena: alimentada por su formación en distintas empresas, pero también con una herencia artística muy presente que llega de parte de su familia.

“Vengo del arte. La gran mayoría de mi familia vive del arte, así que Selena es un espacio donde busco combinar ambas cosas”, comenta, dando luz sobre la integración de eventos al aire libre, donde brindan espacio a distintos músicos locales.

¿PIZZA O…..?

Según nos cuenta, la idea original era una panadería: rápida, accesible, pensada para una generación que vive acelerada. Pero el presupuesto no cuadraba, además, encontraba que había un tema de tradición familiar y un cierto conocimiento que pasa de generación panadera a otra, con el que ella no contaba. La pizza, operacionalmente, era una mejor opción. Pero, para nuestra sorpresa y posiblemente la tuya que nos lees, tampoco conocía sobre los procesos de hacer pizza.

“Busqué a personas que me enseñaran de pizzas. Una me enseñó la base de la masa y otra me enseñó a manejarla. Así estuve… Pasé tres meses practicando sin parar”, narra Amanda.

Decidida a triunfar con su idea, alquila un espacio en El Callejón en Río Piedras. Los dueños del edificio, Yaritza y Orlando de Double Cake, juegan aquí un rol, abriendo su cocina a Amanda para sus prácticas y para poder realizar esos primeros batches de masa.

Mucha gente pensaba

que estaba loca…

Pero yo sabía

que

lo iba a poder hacer.

Yo sabía lo que quería”.

-Amanda Ramos

CONSTRUIR CON OTROS

Entre aprender todo lo necesario, darle forma al negocio y hacer pequeñas sesiones de tasting con amistades para sacar las recetas finales, a seis meses de comenzar a rentar el espacio, Selena Pizzería abre sus puertas oficialmente en verano de 2023.

“Todavía es un ejercicio que se hace cuando tenemos una receta nueva. Es un proceso bien comunitario, porque todo el mundo prueba- incluyendo clientes y vecinos; ellos dicen si o si no”, resalta.

Aunque el esfuerzo y las emociones eran muchas, Amanda nos confiesa que las expectativas iniciales de negocio eran bajas. En su mente, se prepararía quizás para vender 40 pizzas la primera semana, y listo. La realidad fue otra, yéndose muchas veces completamente sold out y teniendo que cerrar por falta de inventario.

Un equipo de 3 se quedó corto rápidamente, y toda la operación comenzó a crecer de manera acelerada. Hoy, cuentan con un equipo de 15 y una agenda de trabajo que nunca para.

“No me lo esperaba… Para mí fue difícil, porque choqué con estar fallando en algo que trataba de evitar para otros negocios. Estaba fallando en mi inventario y tenía una déficit en el negocio que acabo de abrir. Sé que estaba comenzando a conocerlo, pero obviamente una se frustra”, nos confesó. “En mi tercer sold out, después de sentarme a llorar, rápido llamé a pedir batidoras más grandes, y al poco tiempo empecé a contratar a más personas…”, añadió, dejando claro que su lado estratega entró casi inmediatamente a buscar soluciones.

A pesar de situaciones y conversaciones inesperadas que también surgieron con su llegada a la comunidad, y que le costaron muchas energías, Amanda promete un espacio de colaboración y de crecimiento colectivo. “Es algo que Selena tiene bien presente. Buscamos ser una empresa responsable y consciente… Yo llegué aquí, porque además de ser el presupuesto que tenía, hay una parte nostálgica… Recuerdo los talleres de teatro y máscaras en la calle de atrás. Yo venía aquí desde bien chiquita”, recuerda.

“Sé que esto se pudiese comparar con Calle Loíza o Puerta de Tierra, porque lo he escuchado. Pero aquí la comunidad está bastante firme y muy involucrada en todo. Hasta el momento, los comerciantes que entran lo hacen estando conscientes de que hay una comunidad que está bien organizada. Creo que es algo que va de la mano”, nos dice Amanda al adentrarnos en el tema que ha surgido a través de esta serie. “A nivel comunitario, Selena está bastante involucrada, aunque no necesariamente lo publiquemos todo el tiempo. Agradecemos y respetamos mucho donde estamos”, enfatiza.

EL MENÚ

Selena opera con seis pizzas base y algunas temporeras que rotan bajo reglas claras: siempre una vegana, una vegetariana y una con carne. Las recetas buscan salirse de lo obvio. Cuando algo es clásico, se interviene. Como la Luisa (sí, los nombres apelan a personas reales) que podría ser una clásica pizza de pepperoni, pero utilizan salsa blanca, en vez de salsa roja. O la Selena, en la que utilizan syrup en lugar de miel.

Trasiego Magazine: ¿Cuál debería probar alguien que llega por primera vez?

Amanda: La Selena. Fue la más que gustó cuando hacía los gets y se volvió en la “oficial”.

LITTLE FACT THAT WE LOVE (that makes a big difference) :

La mayoría de sus ingredientes provienen de cosechas locales con la meta de promover un consumo responsable y sostenible, y asegurar la calidad de su menú.

EL CAMBIO EN EL CALLEJÓN

Selena fue el primer espacio de comida en abrir en el Callejón, en un momento en que allí no existía una oferta similar. Esa llegada provocó un efecto dominó y casi inmediato: muchas personas comenzaron a llegar específicamente por Selena y, desde ahí, a moverse y descubrir otros espacios del área.

“Para mí definitivamente la llegada de Selena fue para la gente…”, dice la fundadora.

Ese flujo orgánico se convirtió en el punto de conexión para otros comerciantes en el Callejón, demostrando el resultado de abrir un espacio distinto, necesario y vivo, que invita a quedarse.

Pero no solo está ocurriendo en Río Piedras. A poco más de dos años de emprendimiento, Selena se extiende y ya se prepara para pisar otros “terrenos”. Su nuevo espacio abrirá pronto en el food court de Señorial Plaza en Cupey, lo que promete llevar el estilo “slice-XL” y el espíritu fast casual de Selena a un espacio distinto, abriendo nuevas rutas de encuentro.

Mientras tanto, el primer local sigue siendo ese punto vital de comunidad, arte, pizza y memoria en el Callejón del Carmen. “Lo más importante para mí es que cuando vengan sea una experiencia agradable, que simplemente estén, que se sienten y cojan la tarde.. En Río Piedras las tardes son bellas. Sería bueno que se lleven esa esencia del espacio y de la comunidad”, concluyó Amanda.

¡Quédate pendiente a nuestra serie de entrevistas para conocer la historia de nuevos comerciantes que decidieron apostar por Río Piedras!

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