El Cuartito: un cuarto pequeño, un mundo completo

Fotos por: Edrian Rodríguez (@edrianrod)

Si has llegado a Trasiego por primera vez en esta serie: estamos recorriendo Río Piedras a través de nuevos comerciantes que han apostado por el crecimiento del área.

Esta es la cuarta entrevista de 7 (en este primer volumen), y llegamos a uno de los lugares más íntimos -y más inesperadamente vibrantes- del callejón: El Cuartito, fundado por Fianeli Arvelo y José Bartolomei. Una tienda de vinilos diminuta, cálida y curada casi con precisión quirúrgica por dos personas que jamás pensaron terminar en este tipo de proyecto, hasta que pasó. Hasta que Río Piedras “les pasó”.

Entrar al Cuartito se siente como colarse en el cuarto de alguien que amó la música toda la vida, creció, consiguió “dinero adulto” (según lo describe Fianeli) y finalmente pudo comprar los discos que deseaba desde los 15. Alfombra, butaquita, colección de discos, un mueble de Ikea que de repente funciona perfecto para LPs, y dos personas que decidieron arriesgarse para compartir su amor por la música.

UN COMIENZO QUE NO ESTABA EN EL PLAN

Un poco de contexto. Fianeli llegó a Río Piedras desde Mayagüez en 2022 por una oferta de trabajo en marketing que no podía dejar pasar. ”Cuando comencé en esta carrera era como que ‘ok, tengo dinero adulto ahora, puedo hacer todas las cosas divertidas que quería hacer cuando niña’. Pude ir más a conciertos. Pude comprar mi tocadiscos y empezar mi colección de vinilos”, nos comenzó contando Fianeli, quien desde pequeña ha sentido una cercanía con la música.

José, por su parte, venía de Ponce, y desde pequeño vivía entre música y deporte: “Mi papá era músico, una de las leyendas del rock de los 90… él fue el que me compró una batería”, nos contó al recordar de dónde sale su afinidad por la música. Luego de una maestría en España, regresó a Puerto Rico a trabajar para distintos medios. Pasó por El Vocero, ESPN, hasta llegar a El Nuevo Día como subeditor de deportes.

Dos rutas completamente distintas que, en algún punto de 2023 coinciden. Fi y José se conocen, y comparten su amor por la música hasta comenzar a jugar con la idea de tener una tienda de discos. “Viajábamos e íbamos a todas las tiendas a buscar vinilos para nuestras colecciones… Ahí nos dimos cuenta de que en Puerto Rico había un gap en lo que podías encontrar. Aquí hay muchas cosas clásicas, mucho rock viejo, mucha salsa. Pero cosas very niche, indie, punk… eran bien difícil de encontrar”, decía Fianeli.

La idea empezó como empiezan las buenas ideas: medio en broma, medio en serio. Y de repente, sin planearlo, un local pequeño del Callejón los encontró a ellos.

EL ESPACIO QUE SE VOLVIÓ NOMBRE

Fue con el impulso de su amigo Carlos Goyco, cofundador de Libros 787 y empresario en el Callejón, que la idea fue tomando un giro más oficial a finales de 2024. “Un día fuimos a entregarle algo a Río Piedras y él menciona que se está abriendo un espacio. Nosotros… ehhhh… Lo veíamos tan pequeño, caluroso, en ese momento no tenía vitrina, así que las personas no lo iban a poder ver…”, recuerdan. El edificio en cuestión, abandonado por muchos años, en algún momento fue un Capri. Hoy se conoce como “El Departamento” y es un espacio de oficinas para comerciantes locales y sirve de sede para varios negocios, como Golden Soul Club y Libros 787.

“Antonio, el dueño de El Departamento, se asoma para conocernos y rápido nos dice que si la preocupación es la pared, la rompe y le añade una vitrina”, nos cuentan con el mismo asombro que de seguro sintieron en ese momento. “Aún así no estábamos muy seguros, pero lo pequeño del espacio fue lo que, en parte, nos hizo pensar que la inversión no sería tanta, y lo podríamos hacer”, asegura José.

A las dos semanas, en enero de 2025, ya tenían contrato firmado y un nuevo proyecto en sus manos que los llenaba de miedo: “Lo más difícil fue definitivamente la parte de los permisos”.

Con una mejor visión de lo que harían y poco a poco sintiéndose más seguros con el espacio, Fianeli y José se enrrollaron mangas y comenzaron a buscar discos, crear la marca y buscar todo lo que necesitarían para su tan soñada tienda. En mayo de este año, abrieron oficialmente sus puertas al público.

“Esto ha sido un labor of love de muchas personas… Todo el mundo ha contribuido algo. Es un espacio pequeño, pero con mucha energía y mucho cariño”, recalca Fi.

Precisamente, es esa pequeñez del espacio la que ha creado la marca en todo su aspecto; desde el nombre hasta el sentimiento de familiaridad que evoca en las personas que visitan.

“Queríamos algo que se sintiera como casa… que la gente entrara y sintiera: estoy en mi casa, en mi cuarto, escuchando música y esta es mi colección", resaltaron.

Trasiego Magazine: ¿Qué se puede encontrar en la colección de El Cuartito?

José: Cuando hicimos la primera orden pensamos en tener lo que nosotros tendríamos en nuestra colección. Nos íbamos a especializar en los 2000 y en indie. Pero ha ido evolucionando. Ejemplo: Si estamos en Río Piedras, necesitamos salsa… Ya también hay folk, jazz, blues, R&B… y la cajita de recomendaciones nos ha abierto a artistas que ni conocíamos.

La acogida de El Cuartito ha sido tanta que, incluso, artistas locales han empezado a dejar sus discos allí.

José: Ile vino aquí e hizo su firma de discos. Ese fin de semana se fueron todos los que ella dejó; y todavía lo piden… Aunque no depende de nosotros, nos encantaría poder aumentar esa colección de artistas locales.

LOS TERCEROS ESPACIOS Y LA BÚSQUEDA DE LO LOCAL

Trasiego Magazine: Recientemente han resurgido las conversaciones de los terceros espacios y cómo las personas están en esa búsqueda luego de la pandemia. ¿Creen que la acogida tan rápida de El Cuartito tenga que ver con esto? ¿Quizás con que las personas les identifiquen como un tercer espacio para compartir con otros y pasarla bien?

Fianeli: Definitivo. En la pandemia se perdieron muchas experiencias… La gente quiere conexión y buscan espacios donde puedan encontrarla. También los Millenials y Gen Z romantizamos mucho lo cotidiano: ir por un cafecito, escribir, caminar, encontrarte con tus panas, tirar fotos… Aunque salgan y no compren nada, vienen y comparten; y El Cuartito está siendo parte de eso.

Trasiego Magazine: Ustedes también son empresarios jóvenes y puertorriqueños; y hay un cierto sentido de pertenencia y de apoyar lo local que ha ido tomando fuerza…

Fianeli: Sí. Lo vemos mucho en los mercados y en eventos. La gente viene, aunque sea por curiosear, pero visitan y lo postean… Todo eso ha contribuido al éxito que está teniendo El Callejón.

Trasiego Magazine: Hace poco comenzaron los Cuartito Sessions. ¿Era una idea que visualizaban desde el comienzo o con la acogida del público se fue desarrollando?

Fianeli: Creo que sí. Desde que comenzamos a decorar el espacio y todo vino a la vida, lo pensé. La misión de aportar a Río Piedras siempre ha estado presente. La pregunta era cómo podemos hacer esto (abrir un negocio) y también devolverle algo a la comunidad y “pay it forward”… Ahí vino la idea de prestar nuestro espacio. Hay tantos artistas que le “meten” sólido y tienen tanto talento… Si podemos darle este espacio para que puedan mostrar su música, ¿por qué no hacerlo?

José: Fue evolucionando de “vamos a hacer una fiesta en la calle” a “vamos a hacer algo más pequeño” a “vamos a simplemente hacerlo aquí mismo tipo sessions o versiones acústicas”… También el espacio involucra a otros comerciantes que están aquí mismo, como Agencia Tribu, Braulio (artista visual con sede en Río Piedras), colaboraciones con las otras tiendas...

Fianeli: Para nosotros eso es bien importante. En el área hacemos reuniones periódicas para poder desarrollar ideas, ver cómo mejorar y cómo ayudarnos. También cómo podemos traer a más personas que sean parte de esto, y traigan la misma energía que estamos creando. En El Cuartito somos bien intencionales, pero es que esta comunidad de Río Piedras es bien especial.

EL CUARTITO COMO REFUGIO

Aunque la conversación se enfocó en cómo El Cuartito se ha dejado sentir en Río Piedras, para cada uno de los fundadores ha sido una experiencia emotiva de poder reconectar con sus pasiones y, en el caso de Fianeli, con su niña interior. “Estoy tan agradecida, porque realmente necesitaba esto en mi vida y ni lo sabía. Tu cuerpo y tu mente saben cuando algo falta, y era esto. Estoy tan agradecida y no cambiaría nada”, recalcó Fi con sentimiento antes de culminar nuestra conversación.

Aunque han considerado expandir, por aquello de ofrecer a las personas más espacio para estar y una experiencia más cómoda, se han mantenido disfrutando de la magia que se creó en este cuartito. “Definitivamente de aquí no nos vamos”, aseguraron ambos. “Es que El Cuartito es Río Piedras”, dice Fianeli.

El Cuartito es pequeño. Pero si algo sabemos es que las cosas pequeñas, cuando se llenan de intención, se vuelven grandes. Y en un Río Piedras que hoy recupera sus terceros espacios -esos lugares donde simplemente existimos, sin prisa, sin plan- este cuartito se ha convertido en un refugio suave. Un espacio para conocer nuevos discos, escuchar música, conversar, curiosear, sentarse un rato, y para simplemente estar.

A veces, lo que parece “muy pequeño” era exactamente lo que hacía falta. Prometemos no estar biased, pero El Cuartito no llegó a ocupar espacio: llegó a crearlo. Y en un Río Piedras que vuelve a aprender a habitar sus rincones, su llegada al Callejón fue como una respuesta a un deseo colectivo de recuperar hobbies y experiencias, y volver a encontrarnos- claro, con musiquita de fondo.

¡Quédate pendiente a nuestra serie de entrevistas para conocer la historia de nuevos comerciantes que decidieron apostar por Río Piedras!

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